Hormiga obrera mayor
¿Has visto la diferencia entre la hormiga típica y la hormiga arriera? Estas criaturas tienen una mandíbula más desarrollada que utilizan para luchar contra otras hormigas y desmembrar a sus presas. Las hormigas soldado segregan una enzima única que descompone los tejidos de sus presas. Lo espantoso es que no la mata. Lo único que hace es facilitar que la hormiga destroce a su presa. ¿Sabías que las hormigas arrieras son ciegas? Perciben la luz, pero no distinguen todo su entorno. Por eso se comunican entre ellas a través de una sustancia química, conocida como feromonas, que pueden detectar a través de sus antenas. Las hormigas utilizan un número aproximado de entre 10 y 20 feromonas para comunicarse, cada una de las cuales significa una cosa distinta cuando se percibe.
Hay una razón por la que las hormigas ejército se llaman así. Son excesivamente agresivas y nómadas por naturaleza, que matan indiscriminadamente a sus presas con su enorme número. Las hormigas arrieras también son conocidas como hormigas conductoras, hormigas legionarias u hormigas visitantes porque no permanecen en un lugar durante mucho tiempo. Son lo que llamamos nómadas. Se desplazan de un lugar a otro arrasando todo lo que encuentran a su paso. Los grupos de caza de las hormigas arrieras se denominan enjambres o columnas que pueden estar formados por entre 200.000 y 20 millones de hormigas. Imagínese lo rápido que pueden devorar presas incluso mil veces mayores que ellas. Los escorpiones ni siquiera plantean ningún problema contra estas hormigas ejército. Para ellas, matar al enorme escorpión como presa es sólo por deporte.
Hormigas soldado macho o hembra
Las hormigas suelen tener dos castas de hembras (obreras y reinas), además de los machos. Mientras que las hembras son diploides (nacen de huevos fecundados, por lo que tienen dos juegos de cromosomas), los machos son haploides (nacen de huevos no fecundados, por lo que sólo tienen un juego de cromosomas de la madre). Esta haplodiploidía es característica de todos los himenópteros (¡los machos no tienen padre!).
Según una definición morfológica de las castas, cualquier hembra alada o dealada (después del apareamiento) con tórax de vuelo completamente segmentado, independientemente de su estado reproductivo. Según una definición funcional de las castas, cualquier hembra apareada y ponedora de huevos de una colonia de hormigas. Las hormigas pueden mostrar una enorme divergencia en el tamaño corporal entre las reinas aladas y las obreras sin alas, lo que no ocurre en las avispas sociales y las abejas (Peeters & Ito 2015).
Nehring et al. (2012) informan de que las reinas vírgenes (ginas) de las hormigas cortadoras de hojas Acromyrmex echinatior y Acromyrmex octospinosus pasan a realizar tareas de obreras, como el cuidado de la cría y la defensa de la colonia, cuando no consiguen aparearse y se dispersan. Así, aunque morfológicamente son reinas, estos individuos actúan como “obreras” dentro de la colonia. También se conocen reinas ayudantes en Probolomyrmex longinodus (donde las reinas dealadas vírgenes que no consiguen dispersarse pueden dedicarse a actividades no reproductivas) y Linepithema humile (donde las reinas dealadas suelen encontrarse en columnas de forrajeo).
¿Qué hacen las hormigas mayores?
La ontogenia describe el desarrollo de un animal a lo largo de su vida, determinado por la interacción entre sus genes y su entorno. Desde que es un embrión hasta que muere, la ontogenia abarca los cambios que experimenta un organismo a lo largo de su vida.
Las hormigas se desarrollan en diferentes castas (pequeñas obreras, grandes obreras o nuevas reinas) basándose en gran medida en la nutrición que reciben como larvas. Este proceso por el que la nutrición determina el posterior desarrollo de las castas se denomina trofogénesis. Las que se alimentan con más insectos que semillas tienen más probabilidades de convertirse en individuos más grandes. Por ejemplo, las larvas reina reciben más alimento y “jalea real”, una dieta rica en azúcares con mucho ácido pantoténico y biopterina, mientras que las hormigas obreras reciben menos de ambos. Esta es la razón por la que, en general, las hormigas reina son mucho más grandes que las hormigas obreras. Sin embargo, las diferencias genéticas también contribuyen y sesgan la vía de desarrollo de la larva. Incluso una vez determinada la casta, los factores nutricionales, sociales (tamaño de la colonia) y genéticos contribuyen a determinar el tamaño que puede alcanzar un individuo.
Hormiga soldado vs hormiga obrera
Debido a sus limitadas tareas en comparación con las obreras, que se ocupan de la colonia, transportan alimentos y cuidan de la reina y sus crías, los investigadores plantearon la hipótesis de que el desarrollo cerebral de los soldados también es limitado.
“Para comparar los distintos tipos de castas de hormigas -soldados y otras obreras- aprovechamos que en las colonias de hormigas arrieras Eciton existe una clase de obreras soldado radicalmente distinta”, explica Sean O’Donnell, autor principal del estudio. “Los soldados son morfológicamente distintos -son más grandes que sus compañeras de nido-, pero también conductualmente distintos: tienen un repertorio conductual más simple. Nuestros hallazgos apoyan la idea de que los comportamientos simples de los soldados permiten una menor inversión en el desarrollo del cerebro.”
Los lóbulos antenales reciben y procesan información olfativa, que es crucial para encontrar comida y sobrevivir, y tiene sentido que las hormigas obreras que recogen alimentos para la colonia tengan lóbulos más grandes.
“Creemos que éste es el primer estudio que explora la posibilidad de una menor inversión cerebral en los miembros de un grupo social, con las ventajas evolutivas que ello conlleva a nivel de colonia, a pesar de los posibles costes cognitivos para los individuos”, afirma O’Donnell. “La mayoría de los estudios anteriores de este tipo comparaban especies diferentes o exploraban qué factores podrían favorecer una mayor inversión cerebral a nivel individual. Nuestro estudio explora cómo una reducción de la capacidad conductual, y una reducción asociada de la inversión cerebral en los individuos, podría beneficiar a los grupos sociales en su conjunto.”