Perros guardianes mastines napolitanos
El Mastín Napolitano desciende directamente del antiguo Molosoide, con una herencia que se remonta de dos a cuatro mil años, lo que lo convierte en uno de los perros reconocibles más antiguos. Los Mastines Napolitanos de hoy son “MADE IN ITALY”. Tras sufrir las privaciones de la Segunda Guerra Mundial, la raza fue restaurada en Nápoles en 1947, gracias a los esfuerzos de Pierre Scanzio y otros, que reunieron Mastini de toda Italia e introdujeron la raza en el ring de exposiciones. Los Mastines Napolitanos llegaron por primera vez a Australia a finales de la década de 1980, con la primera camada nacida en las costas australianas el 26 de noviembre de 1992, bajo el prefijo Galesha.
A primera vista, el Mastín Napolitano suele provocar un sentimiento de asombro. Verdadero molosoide, el Mastín Napolitano conserva todas las características del perro antiguo. Es un perro macizo, con una gran cabeza arrugada y papada. De constitución poderosa, con abundante piel suelta y huesos pesados, son inmensamente fuertes y capaces de una potencia explosiva, saltando a gran altura desde el suelo. También son tan rápidos como algunos sabuesos, en distancias cortas. El Mastín Napolitano, una “obra maestra” en constante evolución, tiene distintas etapas de desarrollo: Bebé, niño pequeño, niño, adolescente, adulto joven y adulto maduro, por decirlo en términos humanos.
Mastín napolitano, características
Es imposible no enamorarse de esta raza de perro grande y antigua. Sus caras caídas y arrugadas son monísimas, pero su dulce temperamento y su disposición a relajarse en el sofá los convierten en excelentes mascotas familiares.
El poderoso y sombrío Mastín Napolitano es un maestro de la “colocación de galletas de aire” y un súper baboso. Si se le acaban los ambientadores y las toallitas, hágalo por su cuenta y riesgo. Los maniáticos de la limpieza deberían mantenerse alejados. Pero lo que les falta en modales lo compensan con su carácter afectuoso, suave y apacible. Sin embargo, no se deje engañar por su andar torpe y perezoso: son perros guardianes de corazón y valientes, incluso feroces si es necesario. Son muy protectores con su familia y su hogar, pero rara vez se muestran agresivos sin motivo.
Los enormes y arrugados Mastines Napolitanos son buenos compañeros de juegos (y mimosos respaldos) para los niños mayores. Sin embargo, es posible que los más pequeños no se dejen impresionar por su tamaño y aspecto intimidatorios. Se llevan bien con otras mascotas si se les socializa pronto y bien. Sea firme, seguro, coherente y asertivo mientras los adiestra o su Mastín se convertirá en un compañero voluntarioso y sobreprotector. Si no quiere que su enorme Mastín se suba a su delicada mesa de centro, asegúrese de que esté fuera de sus límites, incluso cuando sea un cachorro. El Mastín Napolitano es un perro grande, que puede llegar a medir unos 79 cm.
El Mastín Napolitano es una raza de trabajo gigante procedente de Italia, de piel arrugada, pelo corto, complexión musculosa y papada larga y flácida que se descuelga de la cara. Aunque su tamaño puede intimidar, el Mastín Napolitano es un gigante amable que constituye un excelente perro de familia numerosa. Estos perros son tan protectores como cariñosos con sus dueños, y también son compañeros fáciles de mantener y de llevar. Si busca un mejor amigo que también le ayude a mantenerse a salvo, el Mastín Napolitano está hecho para ello.
Además de su aspecto único, esta raza es un gran compañero. El Mastín Napolitano ama incondicionalmente a su familia, pero puede desconfiar de los extraños, lo que lo convierte en un excelente perro guardián para proteger su hogar de los intrusos. Su actitud intrépida y protectora seguramente asustará a cualquier visitante no deseado. Cuando se trata de pasar tiempo con sus dueños, los Mastines Napolitanos tienen personalidades especialmente afectuosas. No suelen ser una raza juguetona, pero su Mastín estará encantado de acurrucarse en casa o salir a pasear varias veces al día.